lunes, 17 de noviembre de 2008

Los consumidores primarios

EL CONJUNTO de animales que viven flotando en el seno de las aguas, siendo arrastrado por sus vaivenes y corrientes, dotado de una pequeña capacidad de movimiento, recibe el nombre de plancton animal o zooplancton.
El zooplancton constituye la comunidad animal más amplia y variada sobre la que se tiene conocimiento. Casi todos los grupos zoológicos están representados, desde los protozoarios hasta los vertebrados en sus estados larvarios; y si se considera a los vegetales, puede decirse que la más amplia fracción de todos los organismos del planeta queda dentro de los océanos, repartida a modo de una agrupación.

Estos animales del zooplancton son organismos consumidores, ya que necesitan tomar su alimento de otros organismos. Por consumirlo directamente de los vegetales se les llama consumidores primarios, y por la forma de alimentarse, herbívoros, o lo toman de otros animales recibiendo el nombre de consumidores secundarios, siendo carnívoros; dentro de este grupo de organismos del plancton animal algunos son capaces de alimentarse de ambos, filtrando indiscriminadamente fitoplancton o capturando, en forma selectiva, organismos animales, denominándoseomnívoros.

Figura 17. Cadena de alimentación.
A su vez el zooplancton es devorado por peces pequeños, como el arenque y otros animales, consumidores terciarios, que son capturados por peces más grandes, o consumidores cuaternarios, y éstos son pescados por el hombre quien utiliza técnicas de pesca cada vez más complejas y eficientes, resultando un consumidor aprovechado.

Las relaciones que por sus diferentes tipos alimenticios presentan los organismos son denominadas por los biólogos cadenas de alimentación, y en el caso de las acuáticas el fitoplancton es consumido por el zooplancton herbívoro, y éste a su vez por un primer orden de carnívoros; éstos por carnívoros más grandes, y así sucesivamente. En la actualidad al conocer más sobre estas relaciones de alimentación de los organismos se ha visto que son muy pocos los animales que tienen una dieta tan limitada como para poderles asignar un nivel fijo y arbitrario en la cadena de alimentación.

Los problemas son más complejos y están entrelazados, por eso se ha sustituido el nombre de cadena de alimentación por el de trama de alimentación, ya que estos términos representan una descripción más exacta de las complicadas interrelaciones alimentarias que tienen lugar en el océano.

Casi todos los animales marinos se alimentan de diversas especies a un mismo tiempo y, a menudo, en las diferentes etapas de su ciclo vital cambian la clase de alimento que consumen.

Lo anterior se puede observar al estudiar la alimentación durante el ciclo vital del bacalao, de cuyo huevo nace una larva que vive en el plancton, alimentándose de fito y zooplancton; más tarde desciende al fondo y allí comienza a devorar pequeños animales. Un bacalao juvenil de mediano tamaño tiene una dieta variada de invertebrados del fondo y de pequeños peces, y con frecuencia nada hasta las capas superficiales para capturar el zooplancton de mayor tamaño. El hábito de comer peces se acentúa a medida que el bacalao va llegando a su estado adulto; sin embargo, en los lugares donde se practica la pesca de esta especie a gran escala, existen pocos bacalaos grandes y viejos. La mayor parte de la captura consiste en peces que se están alimentando en todos los niveles de la cadena de alimentación y, por lo tanto, su abundancia dependerá, entre otras cosas, de la cantidad de zooplancton.

Parte del alimento que los animales del zooplancton consumen sirve para el crecimiento de su cuerpo, ya que otra parte la van a gastar en su metabolismo, es decir en producir, durante su respiración, la cantidad de energía que necesitan para realizar sus funciones, entre otras, los pequeños desplazamientos que tienen que hacer para conseguir el alimento y con él recuperar la sustancia orgánica que están gastando. La eficacia en el crecimiento de los animales generalmente sólo es del 10 al 20% de la cantidad de presas que ingieren.

En el océano se puede encontrar, como término medio, que la producción de alimento que elabora el fitoplancton asciende a 70 gramos de materia orgánica por metro cuadrado de superficie marina por año, es decir 700 kilogramos por hectárea. Sin embargo, existen considerables variaciones de la productividad según las regiones del océano, y algunas zonas tienen mayor producción que estas cifras y otras menor. Naturalmente, el fitoplancton se origina en forma continua y también es consumido en forma continua por el zooplancton.

Si el rendimiento del crecimiento del zooplancton es de 10% o un poco mayor se puede suponer que la producción media del zooplancton en el océano será de entre 70 y 100 kilogramos por hectárea por año.

Cuando se asciende por la escala de la trama de alimentación en los mares, se observa que peces semejantes al arenque se alimentan de zooplancton, y peces más grandes como el atún devoran a los peces pequeños, y que en cada uno de los peldaños habrá una reducción de 10 veces en la productividad.

El fitoplancton está produciendo la materia orgánica mediante la fotosíntesis a partir de las sustancias inorgánicas. El zooplancton es el primer consumidor de esta materia orgánica y la va a transformar en tejido animal incorporándola a su cuerpo, lo que le permite crecer. Del plancton animal la toman los organismos más grandes para, a su vez, desarrollar sus tejidos e ir aumentado en talla.

Las tramas de alimentación son, naturalmente, muy distintas en las diferentes partes del océano. Las zonas costeras, cuya profundidad permite el crecimiento activo del fitoplancton al penetrar la luz casi en su totalidad y abundar los nutrientes, presentarán gran cantidad de zooplancton, porque el alimento será suficiente para nutrir a una rica fauna, tanto en las aguas superficiales como en los fondos.

En el océano abierto, cuya profundidad media es de 4 000 metros y la máxima de 11 mil, toda la producción de fitoplancton ocurre en los 100 metros superiores; sin embargo, el zooplancton puede abundar en estas aguas superficiales, pero también encontrarse en capas más profundas, teniendo que realizar migraciones a las capas superiores para capturar a sus presas, o bien esperar a que los restos vegetales se hundan hasta aguas más profundas para consumirlos.

Los movimientos de los organismos del zooplancton son débiles si se les considera en relación con las corrientes horizontales que se presentan en el medio donde viven, pero cuando se observan los desplazamientos verticales que realizan, en relación con su tamaño, resultan considerables; por ejemplo, un copépodo que mide medio milímetro es capaz de desarrollar velocidades de 60 metros por hora y los crustáceos planctónicos mayores llegan a avanzar hasta 400 metros por hora.

Directa o indirectamente dentro de la trama de alimentación que se presenta en los océanos nunca falta alguna forma de alimento en cualquier profundidad, aunque ésta depende de la producción del fitoplancton y del consumo primario del zooplancton.

En el estrato superficial del mar abierto se encuentran, de manera habitual, fitoplancton y zooplancton. Esta población cercana a la superficie se extiende a una profundidad un poco mayor que el límite máximo de crecimiento del plancton vegetal, pero no pasa de 300 metros.

Después sigue la población planctónica de profundidad media que está formada exclusivamente por zooplancton y alcanza profundidades entre 300 y 900 metros. Esta población, al anochecer, asciende hacia la superficie para consumir su alimento y regresa a aguas profundas en la mañana, temprano. Estos pequeños animales se pueden alimentar mejor en el estrato superficial que en el nivel que guardan durante el día, porque aquél contiene alimento que el zooplancton puede consumir, principalmente algas y otros pequeños organismos.

Se han estudiado estas migraciones de los animales del plancton medio y profundo, observando que alcanzan menor velocidad durante el ascenso y mayor en el descenso; por ejemplo, el copépodo del género Calanus, uno de los organismos más abundantes del zooplancton, presenta migraciones ascendentes de 15 metros por hora; otro pequeñísimo copépodo que mide menos de un milímetro se mueve a una velocidad de nueve metros por hora; el gusano del grupo de los poliquetos llamado Tomopteris sobrepasa los 200 metros por hora. En los descensos desarrollan más velocidad: Calanus puede descender 47 metros en una hora y es capaz de recorrer, cuando se dirige a aguas más profundas, distancias que sobrepasan los 100 metros.

Estas migraciones verticales del zooplancton se deben a que los animales que lo forman son sensibles a la luz, y pueden responder, positivamente o de manera negativa, alejándose de ella.

Los distintos grupos de animales recorren diferentes distancias verticales, colocándose en las secciones de la columna de agua formando la llamada "escalera de migraciones". Esto afecta el contenido de las muestras que se recolectan en los diferentes niveles durante un periodo de 24 horas.

En la zona que se encuentra por debajo de esta capa de las profundidades medias del océano, se localiza el plancton del mar profundo del que, en realidad, se conoce muy poco en cuanto a sus hábitos de vida. Algunos de los copépodos que viven a estas profundidades pueden consumir restos de los vegetales planctónicos, para lo cual presentan estructuras filtradoras de plancton, pero también tienen pinzas con las que fijan a sus presas, y son, por lo tanto, carnívoros. La masa de plancton de mar profundo atrapa, por lo general, una cantidad significativa de organismos muertos que caen de la superficie.

Se ha calculado que la abundancia de zooplancton consumidor en el océano se encuentra, en un 75%, en las capas superficiales, y en un 20%, en las profundidades medias, quedando un 5% o menos, para las grandes profundidades oceánicas. Estas cifras no pueden ser absolutamente exactas pues es difícil el cálculo preciso por la propia actividad de los animales del plancton y por los métodos de muestreo.

De esta distribución y de la abundancia del zooplancton se desprende una premisa simple, que es la que dice que para obtener el rendimiento máximo de las poblaciones, se debe operar tan cerca como sea posible de los niveles primarios de producción, donde la eficiencia de la formación de los alimentos sea elevada. Las poblaciones de zooplancton más productivas están en las zonas superficiales del mar, en donde los vegetales verdes que forman el fitoplancton están elaborando el alimento, y así el zooplancton tiene las cantidades necesarias para su consumo.

Una medusa o aguamala, animal zooplanctónico de aspecto gelatinoso, consume durante 24 horas una cantidad de huevos y larvas de peces mayor que lo que capturaría de estos peces la embarcación más eficiente construida por el hombre; de allí la importancia que tiene el conocer la acción consumidora del zooplancton dentro de las tramas de alimentación del océano.

Este tipo de conocimientos es escaso: sólo se tiene información de sus fundamentos primarios, principalmente del número de especies que lo forman, pero como su forma de vivir es tan grande que hace que sus relaciones sean muy complejas, no se tiene conocimiento preciso de lo que come cada especie, de los índices de producción, ni de los de eficiencia.

El zooplancton también presenta variaciones según las diferentes estaciones del año, las que son más marcadas cuando el área donde vive está más lejos del ecuador. El fitoplancton responde a los cambios de intensidad luminosa y de temperatura, por lo cual abunda en primavera y, al existir mayor cantidad de alimentos disponible, se presenta un aumento en la población herbívora de animales del plancton y, después de un breve intervalo, se incrementa la población carnívora de zooplancton, lo que hace que el fitoplancton disminuya durante el verano y el otoño y después lo haga el zooplancton, siendo mínima su cantidad en invierno.

La tolerancia a los cambios de temperatura varía de una especie a otra dentro del zooplacton; ciertos copépodos, ctenóforos, medusas y quetognatos se encuentran únicamente en aguas polares.

Por lo tanto la distribución del zooplancton está ligada a los cambios de temperatura, y como ésta cambia de acuerdo con la profundidad, algunos organismos zooplanctónicos que viven cerca de la superficie en aguas de latitudes altas se localizan a mayores profundidades cerca del ecuador.

Sin embargo, el zooplancton siempre es más abundante en los mares fríos, considerándose que su cantidad es mayor en los cercanos a los polos que la que existe en las regiones tropicales. Esto se atribuye, en parte, a la disponibilidad de nutrientes en las aguas frías.

La temperatura cambia en las diferentes masas de agua que se encuentran en los océanos y esto hace que el zooplancton presente una variación especial, debido a que las características fisiológicas de algunos organismos no les permiten vivir en aguas con condiciones distintas a las que están adaptados.

Esto se puede observar en los organismos que se localizan en las aguas calientes y saladas de la Corriente del Golfo y en el agua fría y menos salada de la del Labrador, en donde a una distancia de unos cuantos kilómetros se presenta una diferencia de temperatura de 11ºC, lo que significa una barrera para que las especies del zooplancton puedan realizar migraciones cruzadas en esta area.

En algunas especies de zooplancton las características fisiológicas están adaptadas para permitir cambios según los manifieste el ambiente, pudiéndose presentar migraciones verticales de varios cientos de metros y horizontales de cientos de kilómetros.

Para otras, las condiciones de funcionamiento son estrictas, es decir, no soportan cambios, por lo que su distribución está restringida a una zona limitada; por ello con una especie dada del zooplancton se pueden predecir las condiciones del agua donde fue colectada, llamándosele "especie indicadora"; por ejemplo, algunas especies de quetognatos o gusanos saeta son indicadoras del desplazamiento de masas de aguas frías.

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